martes, 6 de julio de 2010

Dos historias distintas, un mismo sentimiento

En épocas de euforia mundialista, es imposible no pensar, en nuestro  alicaído fútbol peruano. Añorar antiguos seleccionados es una cosa de todos los días. El Mundial representa el escalón principal que todo futbolista de elite quiere pisar. En las diferentes participaciones de las selecciones peruanas en los mundiales, los protagonistas siguen siendo recordados, por las alegrías que otorgaron a toda nuestra nación. Pasan a ser recordados como héroes que dejaron en la cancha, el coraje de una nación.

Participar en un Campeonato Mundial representa un logro personal invaluable. Esta vez, son dos historias distintas que tienen  algo en común. Dos jugadores que estuvieron en mundiales. Uno disputo todos los encuentros, el otro vio reflejado su esfuerzo desde el banquillo. Ramón Quiroga y Lucho Reyna. Dos hombres y campeonato.
 

El partido del uno contra uno
 
 
Luis Reyna siempre será recordado en la memoria del colectivo, como el jugador peruano que anuló al mejor jugador de aquel momento. El viejo zorro, Roberto Chale, le encomendó, aquel 85, jugar el partido del uno contra uno. Su misión era anular a Diego Armando Maradona, el Messi del la época. Cumplió a la perfección y siempre será recordado por el Diego. Anuló al Dios argentino y gracias a eso, y al gran partido del equipo, Perú pudo ir a disputar a Buenos Aires, con la ventaja por el gol de Oblitas.

Antes de este episodio, Lucho ya era un gran jugador. Había disputado el Mundial de España 82. No jugó ningún minuto pero estuvo en la lista de 22 representantes de toda una nación. Tenía el número 22 en la espalda. Con una generación maravillosa, Lucho no pudo encajar en ese inolvidable mediocampo, compuesto por Velásquez, Cueto, Cubillas, Uribe y Leguía. En la posición de Reyna jugaba el patrón, sacarlo era imposible. Tendrá el honor de haber conformado el plantel mundialista de Perú en España 82.
 
 
Un peruano más 

Ramón Quiroga es un personaje singular. Nació en Argentina  pero adquirió la nacionalidad peruana para jugar por la selección. Se caso con una mujer peruana, disputó dos mundiales y es todo un ídolo nacional. Su historia si se vivió y escribió, desde el campo de juego. Fue el arquero titular de Perú en los Mundiales de Argentina 78 y España 82. Ostenta el “record” por ser el único arquero en ser amonestado en el área rival. Disputó  nueve partidos en mundiales con la Blanquirroja.   

El episodio más oscuro de su carrera se produjo cuando enfrentó a la Argentina en el Mundial del 78. Una goleada inexplicable para la nación y que trajo consigo la clasificación de los gauchos,  a la Final. Lo demás es historia conocida.

Si por  la selección se debe dejar la piel, estos hombres cumplieron a cabalidad con la orden, representaron al país y dejaron en la memoria de los hinchas que a base de sacrifico, amor a la patria, compromiso y responsabilidad; se puede disputar un Campeonato Mundial




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